viernes, agosto 04, 2006

Una criptica referencia...

... como encontrar una hoja arrancada de un libro. Y conservarla. Al fin y al cabo el libro sigue, de algún modo, completo.

Me recuerda al cuento del libro que no tenía final. Os hago un resumen rápido.

Es la historia de un libro, un libro que estaba triste en la estantería. Él vivia en una estantería de la sala de lectura, en un buen sitio, rodeado de libros estupendos. Pero no tenía final. Había ocurrido un accidente cuando su familia se mudó de casa. Y había perdido su final. Por eso estaba triste.


Nadie querría leer un libro que no tiene final, nunca más sentiría el calor de unas manos cogiéndolo, la intensidad de una mirada sobre sus letras, la emoción de empaparse con unas lágrimas de alegría. La tristeza llenaba todos los rincones de su vida. Él no tenía final.


Sin embargo, una mañana de Navidad, después de abrir todos los regalos, un primo de la familia fue a la biblioteca para darle un hogar a los libros recién llegados. Entonces vio el libro sin final y se llenó de júbilo, era un libro muy querido para él, lo había leído de joven y le había encantado. Lo tomó con cariño y descubrió su secreto.

El libro sin final estaba descorazonado, seguramente lo tirarían a la basura y su sitio lo ocuparía un libro nuevo. Sin embargo no acabó en la papelera, lo pusieron cuidadosamente en la mesa del escritorio y sintió el trazo de una pluma sobre su piel. Lo estaban completando.

El primo de la familia recordaba el final del libro y sin más dilación escribió el final como lo recordaba, con ese tipo de recuerdo que cuando más tiempo pasa mejor es. Y el libro sin final se convirtió en el libro completo, fue devuelto, orgulloso, a la biblioteca, porque se sintió el más amado de todos.

Pero cuenta la leyenda que no era el único libro al que había ayudado el improvisado escritor, que ya había participado en 'el final de cuento'.

El Otro, quien fuera pluma inspiradora.

9 comentarios:

Azena dijo...

el final del cuento se quedó en el tintero... y las páginas arrancadas se las lleva el viento...

Azena dijo...

y las deposita en el regazo de un lector complaciente...

Juan dijo...

Una bella historia, las aventuras de las páginas que se llevó el viento, un viaje que rivalizaba con los de Guilliver o Marco Polo.

El Otro

Azena dijo...

cuántas letras olvidadas se pierden en la noche de los tiempos...

Azena dijo...

¿qué tal si nos la escribes?

Juan dijo...

Es una tentación, la pondré al principio de mi lista de tentaciones que no son más que historias sin escribir.

Buscaría una pluma, pero reconozco que a pesar del romanticismo del papel y la pluma (adoro ambos, casi diría que los colecciono) al final es el plástico y el metal quienes me permiten mejor inspiración.

El Otro

Azena dijo...

nada como un teclado y una pantalla (mejor si son de portátil) para dejar volar la imaginación...

aunque reconozco que me pierde la estética del manuscrito...

Juan dijo...

Para mi el portatil tiene sólo esa ventaja: es portatil. Y tiene la desventaja de ser pequeño.

La pantalla no es tan buena como la de un PC normal porque, aunque sea TFT, brilla menos y eso cansa más la vista.

El teclado es muy pequeño para los que somos anchos de hombros.

El touchpad no tiene nada que ver con un ratón en condiciones.

De hecho aqui en UK uso un portatil, pero sólo como CPU porque tengo:

Un segundo monitor (un TFT 17" que se de miedo).

Un ratón externo (típico optico).

Un teclado externo (mi Microsoft Natural Keyboard, que tiene muchos años pero sigue genial).

Un disco duro externo (el interno del portatil va un poco justo).

Total que, en realidad, es poco portatil.

En cuanto a lo de la estética del manuscrito, jo, es genial. Escribir con una pluma, sobre un papel de buena calidad, con una caligrafía que entre otros deja entrever el estado de ánimo... ufff se me ponen los pelos como escarpias.

Una de las cosas que localicé en UK es una pluma de caligrafía con un pequeño manual para aprender caligrafía inglesa. Es genial lo único que falta es tiempo para practicar... porque las historias acaban escapando a nuestras represiones y vuelan libres hasta que llegan al papel.

El Otro

Anónimo dijo...

¿El final del Cuento? El asesino es el mayordomo ... ¡todo un clásico! xD